A finales de 2021, Fenin presentó una actualización y ampliación del informe “Perfil Tecnológico Hospitalario en España”, que analiza el nivel de obsolescencia de un grupo de tecnologías sanitarias en el conjunto de hospitales y centros de salud y de diagnóstico en España, públicos y privados, con datos a 31 de diciembre de 2020. Un análisis que realiza la Federación de forma periódica desde 2009 y el cual permite no solo conocer el grado de obsolescencia por comunidades autónomas, sino también la posición de España respecto a los países europeos.
Esta actualización -con datos a 31 de diciembre de 2021- pone de manifiesto la necesidad de renovar de forma prioritaria el equipamiento tecnológico sanitario instalado en España. Un objetivo, cabe recordar, en el que ya trabaja el Gobierno a través del Plan de Inversiones en Equipos de Alta Tecnología (Plan INVEAT) impulsado por el Ejecutivo gracias a la financiación otorgada por los Fondos Next Generation EU, y que prevé renovar parcialmente el equipamiento de alta tecnología hasta 2023. Aunque este proyecto es bien valorado por la Federación, se insiste en la necesidad de continuar avanzando en la actualización del parque tecnológico, contemplando a medio plazo otras tecnologías no cubiertas por este plan que también requieren ser renovadas.
“Necesitamos avanzar de manera urgente en una renovación del parque tecnológico sanitario instalado, ya que aún contamos con un elevado número de equipos médicos de diez o más años de antigüedad, contraviniendo las recomendaciones internacionales de COCIR”, señaló David García, presidente del sector de Tecnologías y Sistemas de Información Clínica de Fenin.
Este estudio revela que, debido a la pandemia por la COVID-19, los equipos de soporte vital y monitorización de pacientes se encuentran en una situación de obsolescencia menos acuciada frente a tecnologías como las terapias de calor o la radiología. En el caso de los equipos instalados de resonancia magnética, España se sitúa en el último puesto; en concreto, en el segmento del porcentaje de equipos de cinco años o menos de antigüedad.
Para ayudar a solventar el déficit tecnológico, el informe recoge una serie de propuestas para abordar, de forma efectiva y sencilla, el actual nivel de obsolescencia de la tecnología sanitaria de España. Entre ellas: incorporar el principio de Gestión del Ciclo de Vida; el uso de criterios y referencias internacionales para el cálculo de obsolescencia; un mantenimiento adecuado e incorporación de innovación incremental; la exploración de alternativas contempladas en la Ley de Contratos del Sector Público; el desarrollo de un plan de choque con financiación finalista específica o el de bandas tecnológicas para la dotación de equipamiento.
Además, el documento incluía diez recomendaciones que la Federación ya había trasladado anteriormente a la Administración central y a las comunidades autónomas, como son: diseñar un plan de actualización tecnológica del equipamiento; establecer criterios de valor en los procesos de adquisición y renovación; fijar criterios de valoración de las inversiones en tecnología que tengan en cuenta el ciclo de la vida, la calidad y el servicio; evaluar el impacto de las nuevas tecnologías en la eficiencia de los procesos asistenciales e inventariar los recursos tecnológicos disponibles. Otro aspecto importante a señalar es la necesidad de garantizar el mantenimiento del parque de equipos sanitarios de forma planificada para preservar la funcionalidad y seguridad de los equipos en sus especificaciones originales. Para tal objetivo, se propone asegurar un proceso de mantenimiento adecuado y cualificado que se ajuste a los protocolos del fabricante, y designar o reforzar las funciones del responsable de vigilancia en los centros sanitarios.