Margarita Alfonsel. Secretaria general de Fenin
En 2013, Fenin realizó un primer estudio bajo el título “El perfil tecnológico hospitalario en España”, donde destacaba que uno de cada cuatro equipos de tecnología hospitalaria estaba obsoleto. Dos años después actualizó los datos, pero los resultados no fueron muy diferentes a los que ya se conocían.
El elevado nivel de obsolescencia del parque tecnológico hospitalario que existe actualmente, debido a la ralentización de la renovación tecnológica y a la reducción en la inversión en mantenimiento, está limitando mejoras en los procesos asistenciales y minorando la calidad y eficiencia del sistema, además de poner en riesgo la seguridad de los pacientes y profesionales sanitarios. La tecnología sanitaria es parte esencial del proceso asistencial y es fundamental para mejorar su calidad y eficiencia. Un sistema sanitario moderno debe contar con recursos tecnológicos necesarios para el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las enfermedades, ya que influye directamente en los resultados en salud.
A día de hoy, la Federación es consciente de que la situación continúa siendo crítica como consecuencia de las políticas de austeridad aplicadas por las Comunidades Autónomas derivadas de la crisis económica que hemos atravesado. Por eso, está trabajando con el Ministerio de Sanidad para buscar soluciones a esta problemática.
Las cifras de tecnología sanitaria instalada en las Comunidades Autónomas muestran que el parque global es el más antiguo de las últimas décadas en un entorno de creciente demanda, cuando la inversión y la innovación en sanidad deberían ser un elemento clave de la prestación sanitaria y un incentivo para la recuperación económica.
“Un sistema sanitario moderno debe contar con recursos tecnológicos necesarios para el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las enfermedades”
Los datos actualizados a diciembre de 2016 señalan que, a modo de ejemplo, el 70% de las TAC, el 69% de los ecógrafos y el 81% de los equipos de soporte vital superaban los 5 años de antigüedad. Según nuestros cálculos, deberían invertirse aproximadamente 350 millones de euros en renovación de equipos a lo largo de los próximos cuatro años (un total de 1.400 millones de euros) para alcanzar una situación que fuera coherente con las “golden rules” de COCIR, que establecen que al menos el 60% de los equipos instalados deberían tener 5 años o menos de antigüedad. Ello sin tener en cuenta las dotaciones de nuevos centros u otras tecnologías también obsoletas.
Además, en breve, deberemos cumplir con nuevas normativas europeas, como la directiva Euratom, que establece la reducción de las radiaciones ionizantes que reciben los pacientes y los profesionales y su medición. Esto obligará a renovar los equipos que no están preparados para cumplir dicha regulación.
Solo con un verdadero plan de actualización tecnológica podremos alinearnos con los indicadores europeos en materia de utilización y mantenimiento de equipos.
